sábado, junio 24, 2006

Excusen mi Subjetividad

Este artículo intenta ofrecernos una perspectiva diferente sobre los argumentos con los que acostumbramos a expresar nuestros gustos o desagrados por la ciencia ficción. No intenta convencernos para que nos guste, sino que pretende que nuestras reflexiones profundicen un poco más, a pesar de que sean subjetivas.


Publicado originalmente en: http://www.expedientex.org/index.php?2005/12/03/2-me-gusta-la-ciencia-ficcion


Cuando se trata de llegar a un cierto grado de consenso en el arte sobre lo que es bueno o lo que no lo es tanto, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que se trata de una tarea imposible. Analizar o intenta explicar por qué un libro es una obra maestra o, simplemente, es bueno, puede llegar a ser una auténtica cruzada. Los gustos o las sensaciones subjetivas que percibimos en el arte pueden llegar a ser una variable incontrolada en el análisis, aunque yo prefiero creer que no. A menudo pienso que, de la misma forma que hay gente que los árboles no les permiten ver el bosque, el desagrado de una forma de arte o, de una simple historia por culpa de su temática, puede impedir ver una buena obra. Pongamos un ejemplo: decir que ‘Romeo & Julieta' no es una buena historia de amor porque no te gusta el teatro, la literatura inglesa, el romanticismo o la literatura del siglo XVII; creo que no serían argumentos válidos, sino excusas. En cambio, supongamos que yo dijera que no considero a ‘Romeo & Julieta' una gran historia de amor, porque opino que el suicidio no podrá ser una expresión de amor sincero y eso me desagrada; aquí la cosa cambia.

Y es en el gusto o en el desagrado desde donde me gustaría iniciar este pequeño ensayo sobre la ciencia ficción. Si el lector cree haberme entendido mal, al intentar hacer una reflexión desde un punto de visto subjetivo, se equivoca; ya que esa es mi intención. Ya he dicho antes que no busco excusas en las preferencias o en los desagrados, sino argumentos que sostengan esas apreciaciones. Cuando alguien me ha dicho alguna vez: “No me gusta la ciencia ficción”; acostumbro a hacerle la misma pregunta: “¿Por qué?”. Las respuestas acostumbran a ser excusas: “no me gusta la acción”, “son irreales”, “son absurdas” etc. Pero aún así, las excusas no son una exclusividad para la ciencia ficción, son innatas en los gustos o desagrados del ser humano. Acostumbro a oír excusas parecidas cuando pregunto a otras personas por qué no les gustan las historias románticas. Las respuestas más comunes en esos casos son: “son un rollo”, “siempre es lo mismo” o “no paran de hablar”.

Llegados a este punto, creo que la mayoría de lectores pueden entender cuál es mi punto de partida. Creo que la ciencia ficción como género, ya sea narrativo, cinematográfico, teatral etc. ha caído en el pecado de la popularidad. En el momento en que algo gusta, se suele caer en las excusas, tanto para decir algo bueno como para algo malo. Pero esta caída libre no es una exclusividad del público, sino también de la crítica, que observa como el volumen de obras de ciencia ficción inunda el mercado para satisfacer la demanda; a veces con cierta calidad y otras como puro rancho para las masas hambrientas. Al final, muchos acaban pensando que los consumidores de ciencia ficción son incapaces de apreciar argumentos válidos para defender este género. Bajo mi punto de vista, no es menos cierto que muchos seguidores de ciencia ficción tengan el mismo problema que muchos lectores de novelas rosa; puro y simple mal gusto. Pero asegurar que toda la literatura rosa, como toda la ciencia ficción son géneros de segunda categoría, supone situarse al mismo nivel que los ávidos consumidores sin paladar de estos géneros.

La ciencia ficción, como género artístico, no puede escapar de estructuras o mecanismos que den vida a las historias; ya sean recursos literarios o cinematográficos. Tanto si nos gusta la ciencia ficción, como si no nos gusta, deberemos hacer un esfuerzo para entender un argumento, ver una evolución en los personajes, entender un marco de tiempo y/o extraer un tema o una idea que el autor nos haya querido transmitir; por ejemplo. La literatura realista, social, histórica o de ficción; no podrá jamás escapar de unas reglas básicas que cualquier escritor, ya sea de novela, teatro, verso etc. deba seguir. La ciencia ficción no es un cheque en blanco para el autor, sino una ampliación de los horizontes de la imaginación.
Existen reglas y la ciencia ficción no debe saltárselas, como tampoco lo deberían hacer otros géneros literarios. Llegados a este punto me gustaría centrarme en un aspecto muy concreto de la creación artística: el tema. El tema es aquella idea que el autor nos intenta transmitir por encima de la anécdota y los hechos. Los temas suelen ser universales y comunes en culturas diferentes. Pongamos algunos ejemplos: el afán de superación ante las adversidades, la lucha de una madre por su hijo, el ansia de libertad, ser capaz de perdonar a pesar de las injusticias recibidas etc. ¿Alguien puede asegurarme que la ciencia ficción no puede abordar estos temas? Pretendo dejar claro que, por el hecho de que tenga más recursos que otros géneros, no implica que una novela de ciencia ficción sea mejor o peor que otra de un género distinto; ni tampoco puede desentenderse de la forma, por ejemplo, de la presentación, el nudo y el desenlace como esquema. El gusto o desagrado por la ciencia ficción no debería ser presentado como una excusa, sino como un argumento.

Tal y como decía antes, la excusa de que la ciencia ficción es comercial, no me sirve como argumento para expresar agrado o desagrado por la ciencia ficción. También he intentado argumentar como la ciencia ficción no escapa de unos procedimientos artísticos y estructurales. ¿Qué tipo de argumentos daré por válidos? Todos aquellos que no sean una excusa y estén controlados por la subjetividad. Lo cierto es que no parece una tarea fácil y, tampoco objetiva, pero con unos pocos ejemplos creo que el lector podrá entenderlo mejor.
Personalmente, no me gustan las injusticias. Me pongo violento cuando leo un libro o veo una escena que aborda la injusticia y se recrea. Por tanto, puedo asegurar que si veo una película sobre ese tema, no importa si los hechos suceden en la prehistoria, están basados o no en hechos reales o, casualmente, son de ciencia ficción … sé que no me van a gustar. Entiendo que la gente pueda argumentar que no le gusta la ciencia ficción, porque entiende que no es necesario o le desagrada ver o leer de una realidad en que las reglas de la ciencia pueden cambiar. Eso es un argumento, no una excusa. La excusa o pretexto sería decir que la ciencia ficción no me gusta, porque es irreal.

Tal y como apunta el título del ensayo, a mí me gusta la ciencia ficción. Como argumento a mi subjetividad, me gustaría explicar por qué. Me gusta la ciencia ficción porque es capaz de mostrarnos y hacer hipótesis sobre un futuro mejor, aunque con los mismos problemas que tenemos ahora. Me gusta la ciencia ficción cuando veo que es capaz de tratar temas en situaciones distintas, para darnos a entender que el futuro no está en los hechos distantes e inventados, sino en nosotros mismos, pero, como decía Michael Ende, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

No hay comentarios: